viernes, febrero 23, 2007

me miro desde el piso en un sticker que quise en la pared. no una foto. mi nombre. no es mi nombre... en realidad. me pienso, tan acomodada, tan predispuesta a nada, tan callada frente a tus no palabras, tan triste... en realidad.
apago la luz y dejo que la tarde se me caiga por la ventana. y supongo que aunque no la dejara lo haría igual. el punto es que, esta vez, yo estoy acá, tratando de figurarme que el atardecer es algo bello entre todo este cúmulo de cosas que no me da ninguna respuesta porque no entiende mis preguntas o porque simplemente es un montón de objetos apilados sin ningún tipo de criterio. y todo se ve tan inquietantemente ajeno, y tan ridiculamente familiar . estoy viendome en un espejo que refleja con exactitud una secuencia infinita de contradicciones con las que creía haberme puesto de acuerdo. mi mentira, tu verdad, nuestros papeles, dibujos, canciones, carteles, cuadernos, biromes, pinceles, revistas, libros, poesías, encendedores, zapatos, días.
de nuevo quisiera convencerme de aquel punto imaginario en que anulamos la contradicción. fin de la corriente, estabilidad acogedora
.

todavía puedo oirme invitandote ahí y puedo vernos no alcanzando y volviendo a empezar. otros. los mismos. es igual

. (ese punto)


el olvido

martes, febrero 20, 2007



estaba de pasada
nunca supe estar

perdón

martes, febrero 13, 2007

en lo de leo de leo

nos vamos quedando a oscuras porque anochece y nadie atina a encender la luz. tu casa huele a domingo, y el día triste y apático no ayuda a que me sienta lunes. realmente no importa. no creo estar dispuesta a empezar una semana mas. y aunque no te lo diga vos lo sabés, y me cebas un mate, te encedes un cigarrillo y empezamos el ritual de ponernos al día aunque sospechemos haber contado la misma historia repetidas veces en los últimos tres años. algo así como "elige tu propia aventura", solo que en este caso lo que cambia son los personajes y lo demás es todo igual. y todo es tan absurdamente igual al punto de que, a veces, no encuentro necesario verte para responderme ciertas preguntas al modo en que vos lo harías. sos chiquita vic, para qué estar triste si podés estar bien. supongo que no cambie tanto desde la primera vez que tomamos café en ese lugar kitch. la tristeza era la misma pero yo esperaba mucho mas. ahora no espero, ahora no lloro, ahora se nos cae el martes encima, bajo diez pisos y estoy triste igual.